Una visita a este parque es imprescindible, sobre todo si te sale un día soleado como este. Es un oasis de paz, naturaleza y tranquilidad en medio de la ciudad. El parque se encuentra al final de Grafton Street, una de las calles más comerciales de la ciudad.
Este parque fue al principio un jardín victoriano privado, pero fue el Sr. Guinness quien decidió comprarlo y regalarlo a la ciudad y hoy la ciudad le está muy agradecida. Los días soleados se llena de gente joven, turistas y familias que pasean, toman el sol o almuerzan sentados en la hierba. Hay varios quioscos de música que durante el verano lo ocupan diariamente orquestas y bandas que tocan música por la tarde. El repertorio suele ser popular: bandas sonoras, remezclas de los 60, 70 y 80, jazz.
No te lo pierdas, de verdad que este parque es increible, sobre todo si el tiempo acompaña...
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